Rosquillas fritas de Carmen y recuerdos de juventud

Hola.
        Esta entrada tiene una doble finalidad. Aparte de poner una receta quiero compartir con vosotr@s la emoción que he sentido al encontrar esta foto en el blog de Cachos de vida.

Esta foto, como podéis ver, no la he hecho yo. Es la que me ha ilusionado tanto del blog de Disancor, fué hecha en el año 1978. En ella estoy con mi jefe y compañero de trabajo Jacinto Casado a mi lado izquierdo y al derecho otro compañero de trabajo Paco. Los demás que se ven de frente son comerciales que trabajaban en las empresas de los productos que se exponen en ese Stand.

         De pronto los primeros años en los que comencé a trabajar vinieron de golpe a mi mente, todas las preocupaciones, dudas... y sobre todo la ilusión de tener un puesto de trabajo, de sentirme mayor. Recordar aquellos días y las personas con las que trabajé me ha hecho sentir, por un momento, añoranza del pasado.
        No me malinterpreteis, esto no me hace pasarlo mal. Por el contrario, estoy feliz con lo que llevo vivido; con sus tiempos buenos y también con los malos, que hacen que se fortalezca el caracter.
        Bueno, parezco una ancianita hablando, pero así es como lo siento y os lo cuento tal cual.
        Vamos ahora con la receta. Me la dio, hace muchísimos años, la esposa de mi jefe y hoy la he hecho como homenaje a aquellos tiempos.

Ingredientes:

• 250 grs. de limones (ralladura y zumo)
• 3 huevos batidos aparte
• 9 cucharadas de azúcar
• 9 cucharadas de aceite de oliva frito
• 1 trocito de cáscara de limón
• aceite de oliva o girasol para freir las rosquillas
• 3 cucharitas de bicarbonato
• harina la que admita (yo he necesitado entre 400 y 500 gramos)
• azúcar glas para rebozar

Proceso a seguir:
         En una sartén, calentar las 9 cucharadas de aceite con un trocito de cáscara de limón. Cuando esté caliente, sacar la cáscara y dejar enfriar.

        Si no se tiene azúcar glas, poner una poca en un molinillo y triturar al gusto.
        Rallar los limones y exprimirlos.

        Apartar las claras de las yemas de los huevos. Reservar las claras y batir las yemas con el azúcar.

Añadir el aceite, el bicarbonato, el zumo de los limones y las ralladuras y seguir batiendo.

(Cuidado que al poner juntos el bicarbonato y el limón sube como la espuma. A mí se me olvidó y por poquito se me desborda, lo tuve que pasar corriendo a un bol más grande.)
        Batir las claras e incorporar a la mezcla.

        Ir añadiendo la harina y amasando hasta ver que tenemos una masa manejable para poder hacer las rosquillas.

(¿No hay fotos del amasado verdad? ¡Solita, con las manos en la masa y sin encontrar un alma caritativa que hiciera una simple foto!)

 

        En una bandeja poner un papel de aluminio o vegetal. Untarse las manos con un poquitín de grasa (aceite o margarina) e ir haciendo bolitas y colocándolas en la bandeja hasta que acabemos la masa.

        Poner al fuego una sartén honda con el aceite. Si es de girasol, se pone tal cual y si es de oliva, se fríe en él otro trocito de cáscara de limón para suavizar el sabor.
        Tened preparado un plato con papel de cocina para absorber el aceite que suelten una vez fritas. También hay que preparar un bol o bandeja con el azúcar para envolverlas en caliente.
        Se coge una bolita de la bandeja y se le hace un agujero, agrandádolo con cuidado.

         Después se echa en la sartén y así con varias. Se frien por los dos lados y se ponen a escurrir en el papel de cocina. Se hace otra tanda y mientras, se va envolviendo en el azúcar la anterior. Así hasta acabar con todas las bolas.

        Con las cantidades que indico me han salido 35 rosquillas. La receta original me la dieron con el doble, pero para mi casa son muchas y yo hago siempre esta cantidad.

        Cuando estén totalmente frias se guardan en un envase tapadas.

Estas son las que me comí esta tarde. hummm, que ricas.

        Otro día pondré la receta de las de mi madre.
Saluditos.